Quienes estaban detrás del Golpe de Estado en Bolivia

Un mes después de la renuncia de Evo Morales como Presidente de Bolivia, supuestamente por la rebelión popular que se originó después de las elecciones del 20 de octubre del 2019, por las denuncias de fraude electoral, que la OEA señaló, las cosas van quedando claras.

Lo primero, es que Evo Morales ganó de manera limpia o legal, tal como lo atestigua el informe final de la OEA, recientemente publicado por este organismo.

Lo segundo es que la tal rebelión, fue orquestada por sectores interesados en revertir las medidas que Evo Morales había ejecutado como parte de su plataforma de gobierno, que incluyeron la nacionalización de los recursos naturales de ese país, cosa que afectaba fundamentalmente a las empresas multinacionales que se habían propuesto controlar, especialmente el petróleo, el gas, pero principalmente el litio, mineral que principalmente se encuentran en este país (2/3 de este mineral están en Bolivia).

En tercer lugar la tal rebelión consistió principalmente en una serie de actos violentos contra el gobierno y contra los funcionarios y sus familiares, con el explícito objetivo de lograr la renuncia de esos funcionarios, pilares del gobierno de Evo Morales, para que este perdiera fuerza, al mismo tiempo que los medios de comunicación de derecha proyectan la imagen de un Evo fraudulento y malvado.

En cuarto lugar, hemos sabido que los jefes de la policía y de las fuerzas armadas estuvieron por varios años siendo entrenados por el gobierno de los Estados Unidos, y tuvieron el tiempo necesario para planificar su contribución en este escenario donde «sugirieron» al presidente Evo Morales que renunciará a su cargo, ejecutando así el rol de factor amenazante, en lugar de ser «institución obediente al poder civil» que respalda al presidente hasta el final del mandato.

Los audios de múltiples congresistas norteamericano que se felicitaban mutuamente por el resultado favorable en este país después que Evo renuncia al poder el pasado mes de noviembre. Esto constituye una prueba de la conspiración e involucramiento de los Estados Unidos en este Golpe de Estado.

Muchos otros elementos ahora conocidos demuestran que lo que hubo en Bolivia no fue un acto espontáneo sino el resultado final de un plan que los Estados Unidos y sus aliados en Bolivia y otros países de Sur América, elaboraron y ejecutaron desde varios años atrás.

Con esta experiencia queda claro que la OEA, que hizo graves acusaciones de fraude contra Evo Morales, en base a datos preliminares que luego son desechados a la hora de presentar el informe final, sigue siendo un instrumento más de la política norteamericana que busca mantener la región de América Latina, como una región subordinada al interés político y económico de los Estados Unidos, razón más para desconfiar de esta institución en el futuro.

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